Cancha




Una mujer mira por la ventana atenta
a una colisión a todas luces improbable
predeciblemente marca distancia
cierra los ojos con fuerza cuando se viene venir


Debería, señor, mirarse tranquilo, no la imagen, sino el reflejo que ahora lo está mirando
tan lento y definitivo como el tiempo
no como le decían que sería, que se reconoce a leguas y sin remedio
como una mala jugada en la cancha de futbol
no entender definitivamente cómo es que se hacen las cosas


Ellos estaban juntos mirando los grados de temperatura, ella quería que hiciera calor
él miraba de espaldas, no quería ser víctima del sudor en las manos
ni de los manchones en el cuello de la camisa blanca
no la saca nada, sabes


Mira, chico, cuando cruzábamos la cordillera y llegamos a chile
se empañaron los vidrios
Y de noche despertamos empapados
y con sed


Hace rato que está parado en medio de esto que podríamos llamar cancha, pero que ahora toma el nombre de ciudad
y no importa la espectacularidad de los atardeceres
una pelota que se queda en la pierna del jugador que simplemente no se mueve.
Un automóvil con un conductor eficaz /por un breve instante/se detiene a mirar/ la imagen ridícula de la mujer con los ojos cerrados y con fuerza.









foto: M. Valenzuela.






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