América




El sábado pasado estaba como siempre en la Chascona, museo en donde trabajo incuestionablemente cada fin de semana, recuerdo, uno de los últimos tour, a veces llegan a ser 8 por día (Neruda debería ver esto) en donde el grupo era particularmente entretenido, aproveche de explayarme un poco más y ante la escasez de preguntas idiotas la cosa parecía que iba a terminar bien. En la sala de lectura de la casa, que es además la última parte que se muestra al público hay en la pared unos tres o cuatro mapas, en realidad recuerdo perfectamente el número: 5. Esa casa la conozco, después de estos 6 meses de visitas, más que la mía, que es harto decir. La cosa es que estábamos ahí , fuera de los mapas mencionados es bastante poco atractiva la salita , sólo un cuadro antiguo y libros que jamás fueron de Neruda. El grupo con el que iba estaba compuesto de: 3 mexicanos, 2 brasileños, 2 chilenos y 2 e.e.u.u. estos últimos y los brasileños, como es costumbre, prácticamente no entendían nada. Cuando de pronto un mexicano muy enchufado en la historia me preguntó por los mapas. Yo siempre los había mirado son del 1700 o algo así, esa es información proporcionada por colegas del museo. Me preguntó por la procedencia de estos, respondí que Neruda viajaba bastante y que acostumbraba comprar este tipo de cosas en sus viajes. Mi intervención no terminó ahí, aprovechándome del pésimo español de los gringos y que miraban para otro lado comencé a hablar. Explico: la cosa es que los mapas son tan antiguos que hay varios errores en ellos, como por ejemplo que en América del norte existiría la flamante isla de California, lo cual evidentemente hizo mucha gracia. Además de esto el tamaño de América del sur es desproporcionadamente grande en comparación con el norte, y ahí pensé en lo obvio: el mundo en el 1700 estaba centrado en este nuevo continente, económica, política y culturalmente, era acá en donde estaban puestos los ojos del viejo continente. Los mapas muestran sin lugar a dudas, no sólo un error geográfico, una forma de ver el mundo, de pensarlo, y de enseñarlo. En el mundo del 1700 América del sur era grande, insondable y maravillosamente enigmática, los mapas evidencian entonces no sólo un error. O me van a decir que en Inglaterra existe algún punto estelarmente fundamental como para que el conteo de los meridianos partan desde ahí? No, es una muestra cultural, más bien una MARCA cultural, un modo de marcarnos y demarcarse a ellos mismos a su vez.
Bueno a América no le queda de otra que estar a los pies del mundo, sosteniendo un poco, optimistamente, pero más bien postergada, como una señal que se viene arrastrando desde tiempos de Bolívar. Existe una famosa carta en donde se refiere a la condición de abandono de nuestro continente, en donde queda en absoluta evidencia el poco interés que presentaba el resto de Europa ante los genocidios llevados a cabo por los españoles y de los cuales estaban cada vez más informados gracias a denunciadores como Las Casas. Desde el comienzo fuimos relegados a un abandono, más que abandono una especie de mirada de desidia, interrumpió el mexicano, a lo que todos nos miramos (para mi sorpresa se nos unió un brasileño) . Cuando todos vimos la cara de no entender nada de los dos gringos embestidos en sus ya cansadoras bermudas beige, no pudimos parar de reír.

Lorca





LORCA


Lorca es un muchacho ciego que trabaja en una fábrica de plásticos en Av. Matta
Lorca tenía las manos verdaderamente sucias
Lorca no sabía que una mosca estaba todo el tiempo parada sobre su cabeza
La mosca está atrapada por el pelo de Lorca, la mosca está pegada a este chico
como yo
que aprovecho el movimiento
para acercarme a el y su overol
y leer donde dice su nombre: Lorca
Acercarme para olerlo, bien debajo de la axila
donde los delgados vellos disfrutan de la humedad del cuerpo de Lorca
este ciego con vista al piso, este ciego de 25 años
bello
como los chicos de santa rosa de recorrido hasta el paradero 6 de esta calle tan larga
él no se baja nunca
este recorrido a casa termina cuando la calle cambia su nombre.